jueves, 5 de junio de 2014

Los albañiles de la Torre de Babel




Los albañiles de la Torre de Babel : Algo en el coleccionismo de temas de la Naturaleza recuerda al esfuerzo por levantar la Torre de Babel para ponerse al nivel de Dios. El coleccionista pretende abarcar, con lo que va acumulando, todo lo que existe en el mundo de su especialidad, que es como decir todo lo creado. Ese continuo esfuerzo lo va acercando a una peligrosa situación en la que, como si ascendiera él mismo por la Torre, se aproxima a la mirada completa de Dios, que de cualquier colección sobre la Naturaleza que se pueda proponer, tiene lo catalogado y lo descatalogado. El castigo por intentar llegar al último de los pisos ya lo conocemos.  

Por eso frente a la colección todavía incompleta de insectos de Daniel hay dos caminos. El que recomienda dejarla como está para disfrutar de lo que ya se tiene, perfectamente guardado y catalogado; y el que empuja a terminarla y a buscar otra más con la que completar a ésta. La elección está clara porque hasta los albañiles de la Torre de Babel sabían que aquello que no se termina no existe. 

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