jueves, 8 de enero de 2015

Una sesión de tiempo muerto



Una sesión de tiempo muerto : Uno acaba definiéndose por esos ratos muertos sin ninguna obligación y en los que el tiempo parece yacer sin pulso. Los quince minutos dentro del coche hasta que abren las puertas del colegio, por ejemplo. Cuidar del tiempo cuando te pagan por ello no tiene mérito. Los auténticos ascensos, las becas Fullbright, los reconocimiento oficiales deberían basarse en lo que los jueces respectivos, al asomarse a la ventana de nuestros coches, vieran. Con la tecnología ahora sería posible, por poner un caso, aprender a realizar una operación de cadera, estudiar una de esas lenguas a punto de extinguirse o imitar el estilo de Faulkner. Si se exprimieran todos estos minutos saldría una segunda vida. Pero el sol invita a cerrar los ojos y guardar energía para manejar, primero, la que ya tenemos.

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