viernes, 23 de enero de 2015

El armario perenne



El armario perenne : En los armarios de los mellizos siempre hay ropa por estrenar para sustituir a la que se les va quedando pequeña. Como es algo habitual, no soy consciente de ese proceso hasta que veo una camiseta nueva, como la del gorila patinando encima de la cama de Daniel,  se prueban unos zapatos por el pasillo, todos atentos a cada paso, o me preparan una bolsa repleta de ropa para llevar al punto limpio.

Ese flujo constante contrasta con la quietud de mi armario. Ese sosiego en el que se mantiene es señal de que no voy cambiando con el tiempo, lo que es tan bueno como la velocidad en el armario de los mellizos. Mi ropa sigue sirviéndome de año en año. Sé que la moda tiene algo que decir sobre las implicaciones de ese inmovilismo, pero todo es secundario frente a ese momento en el que vuelvo a comprobar que el botón del pantalón sigue cerrándose sin mayor esfuerzo. 

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