martes, 22 de abril de 2014

El largo viaje del punteruolo




El largo viaje del punteruolo : Me gusta el golpe de calor que desprende el lavavajillas cuando termina de lavar y lo abro. Me recuerda al humo que en las películas antiguas rodeaba al ayudante del mago antes de desaparecer. Aquí, cuando termino de abrir la puerta, me encuentro con unos tenedores nuevos en el lugar en el que había dejado los sucios.

Son lo primero que saco. Deberíamos haber mantenido un nombre más próximo al italiano, forchetta, porque fue allí donde empezaron a utilizarse antes que en ningún otro sitio. En la Edad Media, el comercio de la pasta estaba muy establecido en Italia y, para comerla, se utilizaba un pincho largo llamado punteruolo, al que se añadió una segunda punta y, más tarde, una tercero para que fuera más fácil enrollarla.

Dejo todos los tenedores en un cajón, con las puntas hacia arriba. Un tema supersticioso para el que no sé si habrá alguna explicación histórica.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario