miércoles, 22 de febrero de 2012

El pelo de otro




El pelo de otro : Soy el primer cliente de la peluquera. Me siento en la silla que me indica y le pido que me corte el pelo al dos. Saca la maquinilla y empieza a cortármelo. Al principio estamos en silencio. Nos llega el olor del pollo que están preparando en la sección de comida.

-El otro día un niño se asustó al escuchar la maquinilla. No sé qué pasaría, que no dejaron de llegar niños. Vinieron hasta unos padres con sus siete hijos.

En ese momento me doy cuenta de que la maquilla hace mucho ruido. Estaba tan atento al olor del pollo que no me había dado cuenta. No suena nada bien. Si las maquinillas tuvieran familiares, creo que sería la hora de llamarlos a todos para que pudieran despedirse de ella.

-La compramos en Septiembre, pero como no dejamos de abrirla y cerrarla para limpiarla, es posible que se le haya soltado algún tornillo.

El pelo que va cubriendo la tela con la que me ha cubierto es pequeño y blanco. Parece de otra persona.

Por la noche, en la cena, Daniel se acerca para pasar su mano por mi cabeza. Debo tener el tacto de un peluche. La pasa varias veces. A mí también me gusta pasarme la mano por el pelo cuando lo tengo tan corto. Desde dentro es, efectivamente, como acariciar a algún animal. Desde fuera, es ese gesto del que tiene que enfrentarse a algo que requiere fuerza e inteligencia, el gesto del que sabe que encontrará una solución limpia, elegante, que provocará la admiración de los demás, el gesto del que hace un poco de teatro, disfrutando de ese prólogo. Lucía no dice nada. Tiene a su lado una muñeca para que la acompañe. La traía a la cena bien abrazada, contándole cosas al oído como si la advirtiera sobre nosotros. Como hemos discutido un par de veces con ella antes de cenar (el tema es lo de menos, el placer está en experimentar las dimensiones del límite) es probable que además utilice a la muñeca para transmitirnos un mensaje. A María : Que claro que puede ser cariñosa, pero cuando y con quien quiere. A mí : Mira qué pelo tiene. Este se puede peinar y recoger en una coleta. ¿Para qué sirve el tuyo? 

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