lunes, 15 de septiembre de 2014

Cerdas tan limpias




Cerdas tan limpias : Hoy se juntan dos noticias. La irrelevante es la compra de dos cepillos de dientes eléctricos para cambiar los dos que tienen los mellizos, desgastados como si se hubieran utilizado para sacarle lustre a la fachada del Palacio Real. Quería llevarme solo el recambio de los cabezales, pero un cartel anunciaba que ya solo se venden los de los nuevos modelos, con un diseño prácticamente idéntico al antiguo. Entonces cambio el orden del proceso y primero tomo la decisión de comprar los cepillos nuevos (me convence su peso) y después me lo pienso. Pensar así, sin la presión de tener que llegar a una conclusión ya definida, debe ser la mejor manera de llegar a la razón pura.

Es cuestión de tiempo que la relevante vaya perdiendo fuerza hasta que un día lo que quede de hoy sea ese momento en el que prefiero no enfadarme (que si la obsolescencia, que si el medio ambiente, que si más gastos) y me llevo dos cepillos eléctricos nuevos anticipando el placer de romper el envoltorio, poner pilas nuevas y ver la velocidad con la que se mueven las cerdas. 

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