martes, 26 de mayo de 2015

Cada cincuenta segundos, la primavera



Cada cincuenta segundos, la primavera : El semáforo, que tiene dos pegatinas con la palabra “New”, debe llevar aquí muchos años a tenor de las varias capas de esa pintura verde que para mí también es parte de Madrid. No es mal sitio para ejercer de semáforo porque el único cruce que regula es el de una calle estrecha de la que salen los coches algo intimidados.

Las pegatinas tienen los bordes desgastados y las letras, de trazo grueso, están arañadas, con algunos pequeños trozos arrancados, como si un pájaro se hubiera posado sobre ellas y las hubiera picoteado. El contraste es sugestivo porque el significado parece resistirse a la decadencia del soporte. Aunque acabe desapareciendo, poco importa, porque no hay mejor representación de lo nuevo que ese continuo cambio del rojo a verde. 

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