miércoles, 20 de mayo de 2015

La justificada infidelidad de un amante del vino



La justificada infidelidad de un amante del vino : A las nueve de la mañana me encuentro, sin falta, al camión que distribuye la cerveza entre los locales de la zona: o bidones o cajas de botellines. Uno de los sonidos a los que me he acostumbrado por la mañana es el de los bidones golpeando el suelo al ser descargados. También me he aficionado a verlos apilados y a fijarme en cómo reciben la luz que va cubriendo la plaza. La cerveza, a la que no soy muy aficionado, se ha convertido en la referencia sentimental de estas mañanas, así que es posible que cuando se me presente la ocasión pida una para volver a recordar estos paseos.

En el 2014, se consumieron 3.408 millones de litros de cerveza frente a 732 millones de litros de vino. Hasta los años ochenta del siglo pasado, era el vino el que mandaba, pero desde entonces la diferencia no ha dejado de crecer a favor de la cerveza. No he visto ni un solo camión repartiendo botellas de vino a estas horas, así que las estadísticas solo sirven para confirmar algo que, día tras día, he ido descubriendo. Me hubiera gustado encontrarme con alguno de vez en cuando: ser fiel a veces es difícil. 

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