El cuidado de las algas : Las tiras amarillas
de la fregona están secas y duras, como fettuccine. La mujer que nos hace la
limpieza de la casa nos dejó antes de irse de vacaciones, como siempre, una
hoja con los productos que teníamos que comprar, pero no añadió nada sobre la
fregona.
Relleno el cubo con un poco de
agua, como cuando veo vacío el depósito del hámster. Un reflejo automático para
el que no hace falta pensar. Solo actuar. Me gusta el ruido cambiante del agua
al caer conforme el cubo se va llenando. Lo corto al llegar a la mitad y vuelvo
con él junto a la fregona.
Cojo el palo de la fregona y la
sumerjo en el cubo. Al instante, las rígidas láminas de fettuccine se
convierten en las amarillas hojas de un alga. La agito dentro del agua para ver
cómo se mueve. Poco a poco se me va quitando la sed.
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