martes, 8 de julio de 2014

Hígado de oca brasileña




Hígado de oca brasileña : Antes de que terminemos de servir el vino en todas las copas, Alemania le mete cuatro goles a Brasil : les damos la vuelta a los móviles cada vez que salta una alarma y celebramos la distancia en el marcador porque los ocho que estamos en la mesa vamos con Alemania, por europea.

Nos gusta que el 1-7 final quede asociado a esta reunión anual y que nos sirva para recordarla. Lo tomamos como un reconocimiento externo a la importancia de este rito entre amigos. Alemania sacrifica al ganso por nosotros y en su hígado brasileño ve esos siete goles como una señal de que seguiremos viéndonos más años, de que las cosas nos irán bien, de que habrá buenas cosechas, de que las plagas se mantendrán alejadas, de que la naturaleza seguirá mansa, de que las guerras no se acercarán a las fronteras, de que se desarrollarán las artes, de que la tecnología avanzará, de que los gobernantes serán sabios y justos, de que habrá trabajo para todos, de que veremos muchos más mundiales en los que la selección española podrá hacernos olvidar el bochorno de este año.

Lo conveniente habría sido pedir unas cervezas para agradecer el esfuerzo germano, pero ahí no cedemos porque nuestra vinculación con Alemania no es lo suficientemente fuerte como para dejar el vino. Esta noche, un Finca Resalso 2013. 

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