sábado, 3 de diciembre de 2011

La sangre de Caravaggio

Si pudiera subrayar algunas partes de El País de hoy, que voy leyendo a ratos, y que acabará en la papelera.

Angela Merkel : “Habrá años de dificultades”

Xavier Vidal-Folch : “Las diferencias son abismales. Baste ver las de los tres grandes impuestos. En IVA, el tipo máximo es del 25% (Dinamarca) y el mínimo del 15% (Luxemburgo): la media está en el 20,6%. En Renta, se va del 60% (Suecia) al 10% (Bulgaria), con la media en el 37%. En Sociedades, del 34% (Francia y Malta) al 10% (Chipre), y la media es del 22%.

Antonio Elorza : “De hecho, al realidad española como tal no existe para ellos, y muchos demócratas han optado desde 1975 por comulgar con ruedas de molino dando por buenas esas falsas evidencias, creyendo que todo estaba resuelto con la actitud reverencial de que un catellanohablante tenga que decir Lleida, mientras el catalanista habla de Saragossa, o la Academia de la Lengua Vasca del aberrante “Madril””

Antonio Muñoz Molina : “LA canonización en el museo inevitablemente despoja la vida de un artista de su drama verdadero” (De Kooning, talento y desastre)

Peter Cook : “La mayoría de la gente es débil y miedosa. Hace falta valor para inventar algo. Ser optimista es una decisión. Resulta demasiado fácil culpar a las circunstancias y creerse incapaz de sobrevivir en un mundo que se desmorona” (Entrevista a Peter Cok)

Marcos Ordóñez : “ “Los ojos” no se puede resumir. Hay que ir al Fernán Gómez, hay que verla y, sobre todo, oírla. Hay que ver cómo pasa el texto por los cuerpos y las bocas de los intérpretes, todos formidables, y fuera de concurso esas dos fuerzas llamadas Fernando Orazi y Marianela Pensado, para las que parece haberse inventado el término “organicidad” : las frases brotan como agua fresca y tumultuosa”

Eduardo Arroyo : “La sangre pintada por Caravaggio Merisi es más sangre que cualquier otra sangre, escribía yo recientemente bajo el impacto del recuerdo de unos cuadros vistos en Roma, Florencia o Viena. Lo que recuerdo es que aquellos lienzos manaban sin cesar sangre a borbotones. Me llama la atención la sangre espesa, a punto de solidificarse, de los cuadros de Caravaggio, a sabiendas de que, para pintar la sangre, no basta con mezclar en las dos adecuadas carmín con bermellón. La suya no es sangre teatral, no es sangre cinematográfica, no es sangre de ópera, es sangre de verdad, sangre evocadora de desdichas y la ha visto brotar, pues Caravaggio siempre pinta el crimen a corta distancia.”

Vicente Verdú : “Lo muy conmovedor de Francis Bacon, la razón de que tanto nos importe, es que las figuras del cuadro narran el presente, la presencia misma del suplicio en el exacto momento de sufrir” (“Bacon no quita el sueño”)

Manuel Vicent : “Ronaldo produce pasión, Messi produce admiración, los dos son unos superdotados, pero a la hora de ser venerados, Ronaldo pasaría a ocupar un altar, desnudo como un san Sebastián, con todas su tabletas de chocolate al aire, inasequible a las plegarías; en cambio, Messi sería ese entrañable gnomo de madera policromada que uno desearía llevársela a casa para depositarlo como adorno sobre el arcón del recibidor” (“Las dos caras de una moneda de oro”)

Angela, de nuevo : “La solución solo llegará tras años de dificultades”

Una lectura atenta de la realidad y acabo atrapado en la sangre de Caravaggio.

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