lunes, 30 de septiembre de 2013

Un museo de nosotros mismos




Un museo de nosotros mismos : Con la lluvia, la casa se llena de perchas con ropa, convirtiendo los cuartos en un museo de nosotros mismos en el que solo falta añadir una breve descripción y una fecha a cada una de las prendas. Durante el tiempo en el que se secan, adquieren esa tristeza administrativa de las cosas que no van a volver a usarse, a las que se les da la vuelta para mostrar todos sus detalles en el gesto definitivo de lo que se cae y nadie recoge.

La seguridad de que es algo momentáneo me permite detenerme sin riesgos en esa sensación de cierre y de ausencia de tiempo, idéntica a la que queda dentro de la vitrina de cualquier exposición, sabiendo que no me va a hacer daño. Puedo jugar a encontrar ese borde afilado que oculta cada objeto que estaba esperando ser utilizarlo otra vez y acariciarlo sin cortarme.

De ese precipicio (que nadie volviera a ponerse las prendas) puedo alejarme dando un par de pasos atrás porque toda esta instalación es temporal. Una parada en el trayecto que llevará todas estas prendas a los cajones, al prólogo de cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario