lunes, 6 de enero de 2014

El suelo cubierto de pelo blanco




El suelo cubierto de pelo blanco : El peluquero es un chico joven, con poco pelo, que siempre al saludarme me da un buen apretón de manos mientras me mira fijamente, como si a continuación fuera a sacar un maletín con remedios infalibles. Bien podría dedicarse a ese tipo de comercio alguien que tiene como costumbre dejar el árbol de Navidad puesto unos meses en el piso que comparte con un amigo porque, me dice, da buen ambiente a la casa.

-Y, para completar la ambientación, de las aspas de un ventilador que no funciona colgamos barbas y gorros de Papá Noel.

Hay un momento preciso para cortar el árbol y evitar esas tentaciones: La tarde del seis de enero. Por la mañana el árbol ha amanecido rodeado de regalos y se puede decir que recogerlo es como ver abandonar a un futbolista su carrera en el mejor momento. Es mérito de María movilizar a los mellizos para guardarlo con cuidado justo esta tarde.

Veo que todas las cajas se van llenando con las bolas y que, al final, ninguna se queda vacía. Debe ser el primer año en el que no se rompe nada. Devolvemos la navidad como la recibimos. Algo hace clic.

Al final voy a por la escoba para barrer las agujas de plástico que han caído del árbol. Como el peluquero después de cortarme el pelo.  

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