jueves, 2 de enero de 2014

Flores de trazo fino




Flores de trazo fino : María y Lucía están en la cocina pintando un paraguas blanco. Primero han hecho las siluetas de unos dibujos con unas plantillas y ahora ya están coloreándolas. Usan unos pinceles finos, como los que yo utilizaba para pintar las maquetas. Lucía está enfadada porque el trazo de María no tiene la precisión que ella quería. María le contesta que hay que esperar a la segunda capa para que quede mejor.

Creo que los tres sabemos que nunca terminarán de pintar ese paraguas. Es una cuestión de tiempo. Siempre hay algo que hacer en casa y estar ahora aquí, dedicados al paraguas, supone un tiempo que luego tendremos que recuperar de alguna forma. Menos sueño. Menos lectura. Menos conversación. Menos dos. No dejamos de quitar de aquí y de allá creyendo que el mínimo está lejos y que todavía queda margen. Ese engaño es el que nos permite creer que podemos con todo.

Nos engañamos y por eso María puede pintar con cuidado esa flor azul, como si eso fuera lo único que importara esta tarde. El tiempo se ha ido frenando hasta adaptarse a la lentitud del pincel. Lucía vuelve a decir que no es así. María le repite que hay que tener paciencia y que cuando lo vuelva a pintar le gustará. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario