miércoles, 20 de agosto de 2014

El plan B de mi nacimiento




El plan B de mi nacimiento : Una de las primeras cosas que te encuentras al entrar en una ciudad en Galicia es su tanatorio, como indicando que el tema de la muerte no solo no se elude, sino que está presente, formando parte de la filosofía cotidiana. Así, cualquier acción, por mínima que parezca (sentarse en una terraza a mojar un cruasán en un café, ir al Mercadona a por judías o gritarle al niño que si se cuelga así del columpio se va a abrir la cabeza), adquiere el significado del que sabiendo que es mortal, ha elegido precisamente hacer eso. Hechos que, en otra ciudad, sin tanatorios a la vista, donde la gente se levanta pensando que solo los demás se mueren, no tienen esa carga existencial.

Por eso no me extraña que, envueltos en esa presencia de lo transitorio, en una obra me encuentre con la señal de “Perigo indeterminado”. Una advertencia que no hace referencia a lo que te puede pasar si traspasas las vallas de la obra, sino a lo que sucede fuera de ellas. En la vida, en general. Cómo no lamentar no haber nacido también aquí. 

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