viernes, 1 de agosto de 2014

Ofrenda al sol




Ofrenda al sol : Hace un sol tan fuerte que nos vemos obligado a meter todas las sillas en el garaje con la misma urgencia con la que las protegemos cuando rompe a llover. El sol no se molesta, qué va a molestarse si es su mes. Atraviesa la cortina metálica del garaje y juega a tocar una de las sillas, la roja, la que tiene en su respaldo la silueta de un oso. Alcanza una de sus patas, el brazo izquierdo y el asiento. El movimiento de la cortina, que permite que los trazos del sol vayan cambiando, se debe al calor que va acumulando porque el aire se ha detenido en las sombras, esperando a la noche. Sobre esa silla roja infantil el sol parece inofensivo. Ven, salid, que no os voy a hacer nada. Miro en silencio para no delatarme: si quisiera, enrollaría sus tentáculos alrededor de la silla y se la llevaría fuera.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario