martes, 7 de agosto de 2012

El camino de Damasco



El camino de Damasco : Más que una advertencia, ésta es una señal de bienvenida en la que se abren los brazos a todos los que vengan a la ciudad. Si eres de los que escriben excepto, te queremos como eres. Si prefieres hacerlo con ese, también tienes un lugar en nuestro corazón. Pero si perteneces al grupo que no necesita ninguna de las dos, has llegado a tu casa. Como en los tiernos anuncios de cerveza en verano, vamos a buscar lo que nos una, que éste es el momento de tender puentes entre todos y dejarse de las rigideces académicas y las normas. De hecho, empieza por aplicarte la lección a ti mismo y no eches mano del diccionario como un sacerdote convencido tratando de convertir a los paganos con la Biblia en la mano. Los paganos, ya ves, desayunan tranquilamente en las terrazas, bajan a la playa con cara de buscar ese descanso del que han  huido toda la noche y cuelgan en las paredes de sus locales los tiestos que guardaron ayer. Hay otra vida detrás de la ortografía y puede estar bien entrar en ella con las chanclas puestas.

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