jueves, 10 de mayo de 2012

Autoridad




Autoridad : Para saber cómo es alguien, mírale cruzar por el paso de cebra mientras esperan los coches. Yo me fijo esta mañana porque los grupos que ponen en la radio son malos y muy malos. El día que una emisora guarde un minuto de silencio en vez de emitir una canción, le declararé mi fidelidad total. No pasa nada : también hay premios que se quedan desiertos. Pero estos alegres chicos le ponen medallas a cualquiera que no distorsione, como creer que literatura es cualquier cosa que no tenga faltas ortográficas.

Me fijo. A estas horas estamos con las defensas bajas, recordando todavía cómo tenemos que ser. La cuchara girando en un vaso de leche y después en el otro. La hora. La selección de la ropa y el calcetín que falta. La hora. Bob Esponja (No), Phineas y Ferb (Sí). Los libros en la mochila. El peine debajo del grifo. La hora. La espera en el ascensor, impaciente como frente a un lavabo ocupado. La fila para salir del aparcamiento. La hora. El atasco sobre el puente y el primer momento para mirar por el espejo a la que se maquilla rápidamente. La hora. Los chicos y sus medallas (oro para todos, parece), en la radio.

La hora.

Paro en todos los pasos de cebra que me encuentro después de tener esa intuición de que para saber cómo es alguien puede bastar con verle cruzar. Una cruza rápidamente, como disculpándose. Otra, maletín en mano, anda deprisa. Una madre empuja el carrito como si pesara más de lo que pensaba. Y entonces llega la que cruza la calle despacio, sin mirar : todos saben que la ley está escrita en esos trazos gruesos y que por eso paramos, pero ésta sabe que la autoridad sale de ella. Lo sabe y tiene razón.

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