miércoles, 10 de julio de 2013

Por la piel de un animal nervioso




Por la piel de un animal nervioso : A las nueve se cierra la piscina. Las sombrillas están recogidas y las sillas apiladas. Pero falta algo. Media hora más tarde escuchó a alguien tirarse al agua. Va haciendo largos lentamente, con el cuidado del que pasa la mano por la piel de un animal nervioso. Cada largo lo va tranquilizando. Pasado un rato, el hombre sale del agua, se seca la cara con una toalla y se marcha. Ahora se queda todo en orden.

Me fijo entonces en el teclado, dispuesto también a hacer mis largos. 

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