domingo, 15 de diciembre de 2013

El freno de emergencia



El freno de emergencia : En cada página de “Gilead” escucho el sonido de un grillo  como fondo de todo lo que ocurre. Es un buen libro para leer en la nieve y dejar que el contraste perfile mejor cada detalle. Imagino unas gotas de sudor, un vaso de agua a mano y sombras que no refrescan. Sé que debería leer más despacio la confesión que este reverendo le deja a su hijo de siete años, pero el libro me gusta y tengo que aprovechar el tiempo. Hay gatos bautizados, y comuniones que se ofrecen con una galleta quemada y bendiciones que se otorgan en el banco de una estación. Gestos que adquieren su fuerza de la realidad externa a la religión, como si ahí estuviera su verdadero significado. Muchas escenas las veo sin bajarme del tren, pensado: aquí tengo que venir cuando tenga tiempo, que es una forma de mentirme. Pero hay otras que me obligan a tirar del freno de emergencia para obligar a que el tren se detenga y poder bajar a mirar. Y son muchas.

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