sábado, 10 de mayo de 2014

Cien Ferrari en el garaje




Cien Ferrari en el garaje : Si de mí dependiera, la publicidad de los Kinépolis se centraría en el tamaño de sus baños, no en el de las pantallas. La películas actuales decepcionan tanto en las grandes como en las pequeñas, y Spider-Man 2 no es una excepción: esta vez se enfrenta contra un malo, el electricista introvertido, que daría más juego en el diván de la consulta de Gabriel Byrne . Y el plato fuerte de la historia, el encuentro entre Spider-Man y el rinoceronte de lata (que podría haber tenido su hueco en el Mago de Oz), se queda para la siguiente película, con lo que se puede decir que el tráiler de Spider-Man 2 lo es, a su vez, de Spider-Man 3.

Pero los servicios, decía, no defraudan. Me encanta pasearme por ellos y poder elegir cuál utilizar. Como si en el garaje tuviera mi colección de Ferrari y pudiera darme el lujo de tener un aseo, con su correspondiente grifo, para cada día de la semana. Camino lentamente, atento a los detalles, como si estuviera pasando revista a un batallón. Hasta la iluminación del techo me gusta. Es posible que incluso se haya diseñado el lugar para favorecer cierto sonido envolvente que permita apreciar los matices. Me lavo las manos. Me miro en el espejo. Hay que alargar un poco más este momento en el que lo que veo en la pantalla del espejo no me decepciona del todo : el primer Photoshop de la historia ha sido el dinero.

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