jueves, 8 de mayo de 2014

La tensión de la correa



La tensión de la correa : El perro va detrás de la chica, caminando rápidamente para ponerse a su lado sin conseguirlo. Me identifico de inmediato con el perro porque cuando hago fotos y me retraso me veo en la misma situación, obligado a recuperar el tiempo perdido con pequeñas carreras. También yo noto esa correa. Eso no impide que, a la vez, me sienta como su dueña porque en muchos paseos con los mellizos, tras detenernos en esos lugares que convierten la ciudad en un reclamo, echo a andar sin mirar atrás, como un tanque ascendiendo por la colina que nos llevará a la victoria.

En cualquier caso, todo ese movimiento aumenta el placer que experimento sentado sobre un pequeño muro. Este rato en el que no soy ni perro ni dueño.

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