martes, 5 de junio de 2012

El Universo dice




El Universo dice : El mundo está lleno de señales, sólo hay que saber leerlas. Es cierto que vivimos tiempos de desorientación, de incertidumbre, mecidos por mensajeros del Apocalipsis y repartidores de pizza sin escrúpulos, de banqueros sibilinos, de periodistas manipuladores, de hombres de negro que van y que vienen. Tiempos en los que el pelo que se cae no vuelve a crecer. Es para estar preocupado. Pero ahí están las señales escondiendo un mensaje al que aferrarnos para mantenernos a flote y no hundirnos.

Hace sol. En la puerta del supermercado está sentado un negro en una silla de playa debajo de una sombrilla. Desprende la tranquilidad del que tiene una misión muy importante y todo el tiempo del mundo para cumplirla. ¿Es ésta una señal?. Un hombre con traje y corbata tantea sin guantes los tomates que va cenar esta noche solo (sólo coge dos tomates) y al verle me cae mal porque uno debería quitarse la corbata ante la comida igual que se descubre en una iglesia. ¿Es ésa una señal?. No hay truco y los botes de maíz que pesan menos son también más baratos. ¿Acaso una señal?. En la cola del supermercado una veinteañera vestida para ir al gimnasio enseña en su escote un castillo hinchable en el que podrían saltar todos los niños de un cumpleaños y quedarse alguno atrapado. ¿Son ésas unas señales?. Me he dejado el móvil en el coche así que me entretengo viendo que en la fila del castillo hinchable todo son mujeres. Doce y una niña que sale corriendo y a la que detienen otras mujeres con una sonrisa ¿Es ésa la señal?. La cajera me da las bolsas que le pido abiertas con un gesto preciso. Zas, zas, zas. ¿Debo interpretarlo como una señal?. Sigue haciendo sol.

Qué bien se está de pie mientras trato de recordar dónde tengo el coche.

Durante un instante, ahí de pie, con una bolsa a cada lado, me olvido de que el mundo está girando al revés. Lo siento. Es el sol y la satisfacción vía genes que se siente al llevar comida a casa. Satisfacción que sería plena si hubiera matado a pedradas a un mamut. Repaso la lista de los males sin mucha convicción porque también es necesario tener un momento de tregua, pero me toca ser hombre de mi tiempo así que me ofrezco para ser el barreño en el que vaciar el aceite usado del sistema. Una mugre espesa en la que se va disolviendo mi cerebro como una pastilla de jabón en alquitrán caliente. Desorientación, Apocalipsis, banqueros, hombres de negro, etc…

Dicen que para encontrar la orientación perdida hay que levantar la vista. Quizás ahí esté la señal que me guíe. La levanto, por si acaso. Y , mira, sí. El Universo dice que solo a cien metros. 

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