La probabilidad
de existir era infinitamente más baja : A la entrada del hospital, con letras sobre
el suelo que me llegan hasta la rodilla, está formada la palabra cuídate. No sé
si las letras están rellenas de ironía, de sentido común, de paternalismo, de
filosofía o de fino humor. Lo peor : tampoco sé si está pensada para el que llega o para el
que se marcha.
Se diría que no hay por dónde
agarrar el mensaje de las siete letras, pero creo que una buena pista es la
tilde. Detrás de ella hay una mujer (el gesto de poner una tilde siempre me ha
parecido femenino : para mí el corrector del Word es una mujer) que se ha
tomado la molestia de colocar una tilde que, actualmente, nadie había echado en
falta, que insistió en ella y que aguantó la cara de desconcierto del hombre (a
éste me lo imagino hombre, sí) al que le explicó lo de las dos varillas como
solución.
-¿Y una tilde pintada?
-No. Unida. Para eso son mayúsculas.
Sería
el regreso a lo básico, al momento en el que todo el complejo hospitalario, con
su cara maquinaria y sus especialistas, se convierte en una casa de pueblo en
la que alguien cercano y ya mayor nos despide recordándonos en una palabra lo fundamental, más allá de la salud : cuídate como forma de reconocer lo que eres. Un puto milagro.
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