sábado, 3 de marzo de 2012

60 = 100



60 = 100 Saco dinero en el cajero : 40 euros. Me sorprende lo que baja el saldo en sólo dos días. Pienso en lo poco que ahorro. Pienso en. Dejo de pensar. Me fijo en la mujer que va a sacar dinero después de mí. ¿Para que lo usará?. / Los basureros trabajan enfrente con rapidez, como si una fila de coches esperara detrás de ellos. / Casi nadie en la carretera. Me gusta la luz. La vinoteca cerrada. La peluquería cerrada. / Un hombre que pasa corriendo. / El grupo de ciclistas : En la rotonda, el que va delante señala con el brazo a la izquierda y el último repite ese gesto. / Paso por la calle del colegio, vacía. Me dan ganas de entrar en el Mac Donald´s a tomar algo, cualquier cosa, no sé, por aprovechar esta mañana de sábado. / En RNE3 un programa de música del Este. / Una chica con gafas de sol gira en la rotonda y se mete en El Corte Inglés, que todavía no ha abierto. El vigilante la saluda con la mano, por lo que no tiene que detenerse. O tal vez como ella no se detiene, el vigilante la saluda con la mano. / En la churrería tres personas esperan a que saquen las porras. Espero yo también. Me fijo en los cortes precisos que hace la mujer con la tijera cuando le traen la porra, recién hecha. ¿Será ya inmune a este olor de sábado, de tranquilidad, de hombre leyendo El País en una mesa. / La mujer va metiendo las porras que le ha pedido cada uno en una bolsa de plástico, sin preguntar, y las va entregando. / Le da un churro a la niña que su padre lleva en brazos. ¿Qué se dice? Pregunta el padre. La mano de la niña parece más pequeña cuando agarra el churro / Veinte churros y cuatro porras. Un churro : 0,3 euros. Una porra : 0,6. Total, ocho con cuarenta. ¿100 pesetas una porra? ¿Qué habría dicho mi abuelo si hubiera visto estos precios?. Definitivamente, este es un país de pobres con precios de ricos. La burbuja no está en el tema inmobiliario, sino en los churros. ¿Es que no vigila nada el Banco de España?. ¿Es que no compran churros?. ¿Es que en Bruselas no saben lo que es un churro?. Qué sabrán en Bruselas. La mujer me da la vuelta y las gracias. La verdad es que me habría gustado venir con todos a tomar los churros aquí, porque no son sólo los churros. / Meto la bolsa de los churros en el maletero sabiendo que al abrirlo olerá a churros. / Un anuncio del Corte Inglés con una mujer con un traje rojo aparece sólo para mí. / En RNE empieza “Como lo oyes”. El presentador le pregunta a una niña qué haría si fuera invisible. “Escribir en la pizarra de clase de música que no me gusta” “¿Y si pregunta quién lo ha hecho?” “Pues levanto la mano de otro niño”, contesta. / La gente anda más despacio un sábado por la mañana y las bolsas blancas que llevan parecen pesar más. La física cambia, pero hay que madrugar un poco para ver todo esto. / Paro en el quiosco a por El Babelia. Dentro de poco los quioscos tendrán que convertirse en ultramarinos, mercerías, jugueterías o librerías. Todo menos periódicos. “Rajoy planta cara a Bruselas”. / María prepara el zumo. Los enanos se sientan en la mesa y apenas comen unos cuantos churros mientras ven Doraemon. Me dijeron que se comerían veinte churros y a los dos están ya cansados. No me importa. Me gusta ver el recipiente con churros.

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