La quinta pieza : Del puzzle de cien
piezas que dan de sí dos días en una granja, incluida una noche de batalla de
almohadas, sólo dejan caer cuatro de la caja cuando la agitamos :
Que había unas orugas venenosas que
echaban unos polvos que atacaron a un profesor.
Que se murió un cerdo, que sabía
matemáticas, por culpa del calor.
Que había dos burros. Uno se
llamaba Platero y el otro no.
Que si te dejabas la comida no te
obligaban a terminarte el plato.
Eso es todo lo que consideran que
puede interesarnos. Esa información que no vale demasiado y que sirve para
justificar el tiempo del que lleva todo un día escuchando a un sospechoso.
Entonces Daniel se levanta de la
mesa y empieza a bailar, mientras canta : “Ai se eu te pego”. Esa es la quinta
pieza que, por lo que a mi respecta, completa el puzzle.
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