jueves, 1 de marzo de 2012

Marrón y amarillo




Marrón y amarillo : En su obra “Aproximación tangencial a una obra fundamental”, G.L. Morris señala varias interpretaciones sobre el significado del marrón y el amarillo en la obra de D. en el periodo 2012. Dice el pájaro :

“Aún conscientes de las implicaciones de un motivo más o menos básico, que funcione como sustrato, la permeabilidad del autor a las concepciones sinuosamente estéticas de la noción del existir, percibida más que elaborada, predispone al lector/autor a interpretar el marrón y el amarillo de una forma compacta pero sugerente, lúcida, abierta”

Bien. En su catálogo a la exposición que sobre los dibujos del 2012 de D. se celebró en el MOMA, U.L. Heisenberg, quizás el mayor experto no albino dedicado a ese año de D., matiza pero, si sabe leer entre líneas, destroza la visión de Morris. Heisneberg se casó con la mujer de Morris después del seminario en el que Heinsenberg coincidió con Morris y, horas  más tarde, en una ambiente distendido (alcohol) y confidencias (cama) con la propia mujer de Morris.

“El miedo de ciertos críticos a la hora de valorar la obra de D. de ese año en particular debe verse como la incapacidad para mostrar su propio juicio ante el arte. Por más que se añadan citas y menciones a seminarios y publicaciones, hay un momento en el que el crítico debe mostrarse él también desnudo y lanzarse a emitir su interpreación. Yo lo hago : el amarillo es la plasmación de lo equívoco en lo ambiguo; el marrón, el lamento ante lo que, siendo, no termina de ser”

(J.K. Plumber, en su libro acerca de las críticas de U.L. Heisenberg a la obra de D. en el 2012, señala, acertadamente, que este es el único párrafo de toda su obra en la que utiliza el punto y coma. Nótese)

Hago mención a los máximos expertos de la obra de D. de ese año porque últimamente se han encontrado documentos que aclaran el uso que D. hizo del marrón y del amarillo. En unos archivos de ordenador, de los tiempos del Word, el iPhone4 y Benzemá en la delantera del Madrid, que ya son años, se ha encontrado un diario en el que se narra, de forma escueta, pero directa, la propia interpretación del autor. Podemos suponer que D. se acercó a su padre (padre de D.) con la intención de explicarle la obra que aparece en el catálogo de la exposición como “Marrón y Amarillo. Dragón mordiendo a dragón”.

-¿Y esto?
-Un dragón mordiendo a un dragón.
-¿Y los colores?
-¡Pis y caca! ¡Y eso negro que sale del señor que tiene los brazos levantados es el olor del sobaco!

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