jueves, 13 de junio de 2013

El calzoncillo del oso




El calzoncillo del oso : Caminar y frotarse con todo lo que vaya surgiendo para quitar capas. Esto es caminar.

En una tienda de Chueca veo un oso de peluche con huevos y polla de peluche. Lo raro es que me parezca raro y que nos hayamos acostumbrado a todos esos animales a los que se les ha capado para que, supongo, dos hermanos no se aticen con ellos agarrándolos por la entrepierna. Lo primero que pienso es “anda, si tiene cojones” y después “¿serán proporcionales al tamaño del oso?”. Me parecen un poco grandes, pero de ese tema no sé nada porque de eso apenas hablan en los documentales.

Al lado del oso con sus partes expuestas, hay otro que lleva calzoncillos y que marca paquete. Siendo el mismo objeto, ahora la mirada ya es totalmente distinta. Es el calzoncillo el que lo convierte en algo obsceno. En el contrapunto que hace que la mirada se caliente : a un niño le podrías regalar el primero, pero nunca el segundo.

Agradezco que el escaparate me haya movido la cabeza. Esto es pasear. En un par de minutos estaré tomándome un vino con dos amigas, rodeados de parejas gais en mesas pequeñas, transmitiendo esa sensación de que da igual que día sea, para ellos siempre es jueves por la noche.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario