sábado, 22 de junio de 2013

La moneda al aire




La moneda al aire : Poco antes de ser ingresado en una clínica psiquiátrica (mala promoción para sus libros, que no sabemos vendernos), Nietzsche se agarró al cuello de un caballo. Espero ver pronto (Disney, mediante) “El caballo de Turín”, la película basada en esa escena, para ver si entiendo sus razones para ese abrazo y compararlas con las que me empujan a hacer lo mismo con esa taladradora que hoy descansa apoyada en el asfalto que el lunes romperá a base de golpes.

No lo hago porque en el coche me esperan María, Daniel y Lucía y sería difícil encontrar una excusa. Un capricho, podría decirles. Una tontería. Un impulso. ¿Y para qué andarse con rodeos? Ese esfuerzo por romper lo que se ha quedado seco, esa capa por la que caminamos, para ver qué se esconde debajo.

Me atrae, sobre todo, ese punto en el que la punta del martillo hidráulico se apoya. Ese desafío  de capitanes antes de que el árbitro lance la moneda al aire. 

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