domingo, 23 de junio de 2013

Los cordones desatados




Los cordones desatados : Cada año tardo menos en ver las exposiciones de PHotoEspaña. Esta mañana voy a las del Círculo de Bellas Artes y unos minutos después de pagar tres euros para entrar ya estoy fuera. Si sigo así, dentro de unos años me bastará con quedarme de pie en la entrada un minuto para cumplir. Y años después solo tendré que girarme en la cama para verlas todas.

Tengo la impresión de que PHotoEspaña se ha convertido, básicamente, en una defensa de la fotografía oficial frente a la que todos hacemos con los móviles. De lo aristocrático frente a lo plebeyo. De lo profesional frente a lo amateur. Que el tema de este año sea el cuerpo y no se consideren las hechas con los dispositivos móviles me parece una manera de negar lo evidente. Otro sector que, frente a la ruptura provocada por la tecnología, se refugia en lo académico, en la historia, en lo que ya está bendecido.

El caso es que el ojo no encuentra ni el formato ni el estilo rápido en el que está siendo educado. Como si no pudiera andar por ahí un nuevo Cartier-Bresson con el iPhone en el bolsillo de atrás.

El resultado es que gran parte del tiempo que ahora me paso en una exposición lo empleo en leer cualquier cosa que esté impresa en las paredes. Las palabras siguen teniendo preferencia :

"Uno de los grandes pasos de mi fotografía fue cuando fotografié las hierbas en la nieve...De súbito, una fotografía que había tomado se veía maravillosa sin ninguna textura...Había descubierto algo" (Harry Callahan)

De nuevo en la calle, con la mirada hambrienta, me doy una vuelta por Chueca. Descubro, casi por azar, un dibujo hecho sobre una pared de ladrillos. Una niña, en cuclillas, se protege con un paraguas de una lluvia de pintura de colores. Tiene los ojos cerrados. Los cordones de sus botas amarillas sueltos. También esta obra tiene su texto : Be free. 

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