sábado, 1 de junio de 2013

Las papeleras de Madison




Las papeleras de Madison : Recuerdo que la clase que más me gustó del curso de fotografía que hice fue aquella en la que me tocó el turno de la cámara con carrete. Había que hacer cinco fotografías a lo que nos gustara, sin pensar en diafragmas, velocidades o calidad. Todo se reducía a un “aquí te pillo, aquí te mato” que me puso de muy buen humor. Mis fotos eran impresionantes y debe ser cuestión de minutos que me llame el profesor para decirme un par de cosas sobre el talento, las galerías de París y un nuevo empuje a la historia de la fotografía.

En lo que llega esa llamada, voy combinando la réflex con el iPhone. Esta mañana aprovecharé para sacar la réflex y jugar con su posibilidades mientras los mellizos juegan al pádel. Es una hora de entrenamiento para todos en la que hago fotos como un paparazzi que pretendiera llegar a la calidad por la cantidad. No sé : pierdo un poco el rumbo.

Conviene llegar a esa hora con un poco de calentamiento de ojos y de dedos. Lo sé, ya. En vez de aplicarme, me dedico a hacerles fotografías a las papeleras en la plata tercera del aparcamiento de Mercadona. El subconsciente tendrá la última palabra, pero creo que me atrae esa acumulación de variables fijas : la luz, el objeto, el entorno, el movimiento, las líneas. No es una foto que vaya a salir en la portada de National Geographic, pero tal vez sea la que, finalmente, anime a aquel profesor que tuve a coger el teléfono y marcar un número que no tiene. Como ya pasó entonces, me lo sigo pasando bien con este tipo de fotografías. 

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