viernes, 3 de octubre de 2014

La atracción de la carne



La atracción de la carne : Justo al doblar la esquina de la calle en la que acabamos de comer está uno de los pocos restaurantes de la zona que no hemos probado: los platos de la carta están en monedas de oro y eso nos frena un poco. Pero pegada a la entrada hay una vitrina en la que exponen unos trozos de carne con los que te harías una foto para enseñársela a los amigos, quitando aquella en la que un premio Nobel te entrega un premio por un puñado de relatos. Entonces hay un instante en el que la visión de esa carne y la evidencia de los precios alcanzan la misma fuerza, la balanza se equilibra, y resulta imposible moverse. Últimamente son frecuentes situaciones como ésta, así que ya me va costando menos salir de ellas. Basta con algo mínimo, la mirada del camarero que sale del restaurante a fumar sin prisas.

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