La fiesta de despedida : El último día
en la oficina organiza una pequeña fiesta de despedida. Los compañeros se
alegran de que le hayan echado porque es una persona difícil y, aunque le han
dicho que se pasarán a tomar algo, llegado el momento apenas hay gente. El
parece ajeno a lo que ocurre, envuelto en un eterno optimismo que le impide ver
las cosas como son, así que no tiene ningún inconveniente en meterse en los
cuartos de baño para reclutar a la gente. Llama a la puerta del de las mujeres.
La amiga que me cuenta la historia me dice que se queda quieta, en silencio,
esperando a que se aleje.
Al volver a casa de noche, de entre todo lo
que me han contado vuelvo a recordar al protagonista de esta historia al ver
una tienda de moda para niños. Los maniquíes no tienen cabeza y el escaparate
está encendido a unas horas en las que nadie va a fijarse en él.
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