Los santos de esta temporada: Sí es
posible que el centro comercial sea una catedral dedicada al consumismo,
con las tiendas como capillas a las que ir a adorar a sus santos particulares,
representados en los escaparates con los
productos propios de cada una. Al fin y al cabo hay libertad de culto. Y yo
ahora soy creyente de una religión que defiende que hay más dios en una estantería
repleta de productos que en otra vacía. Más en un techo de cristal que en uno
de piedra. Más en un 3X2 que en un precio fijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario