Los principios de una pizarra vacía : En
la pizarra que anuncia los partidos televisados del bar se han borrado los
últimos pero todavía no se han escrito los próximos. Solo queda el título : Fútbol.
Una de las razones de este silencio podría ser el cansancio del dueño, que,
saturado, podría haberse convertido en un Bartleby del fútbol semejante a esos
escritores, presentados por Vila-Matas en su “Bartleby y compañía”, que un día
decidieron, por diversos motivos, dejar de escribir.
La pizarra vacía se convertiría así
en una declaración de principios. Tal vez desbordado por la cantidad de tiempo
dedicado al fútbol, o por su baja calidad, o por la sospecha de que lo mejor ya
se ha visto, o por el bajo nivel de sus críticos o comentaristas, o por la idea
de que el fútbol debería ser otra cosa, el responsable ha decidido presentar
una pizarra negra como el que entrega un folio en blanco a su editor.
En cualquier caso, una tregua, un
refugio en el que pedir un vino con la televisión apagada, la prensa deportiva
desterrada y un silencio en el que buscar urgentemente a alguien con el que
hablar sin prisa de las mil razones por las que convendría dar la espalda al
fútbol.
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