domingo, 23 de diciembre de 2012

La tierra roja



La tierra roja : En un extremo del camino, una mujer mayor está sentada en el borde de un banco. Permanece quieta, los brazos pegados al cuerpo, las manos sobre las piernas y la cabeza ligeramente caída, como si huyera de un gran problema y supiera que es cuestión de tiempo que la encuentre.

En el otro, un hombre, sentado junto a una construcción con tres cruces, habla por el móvil. Lo sujeta con una mano grande, que lo oculta. Con la otra no para de gesticular, como si empujara todas las palabras que salen de su boca para que no se dispersen, como los perros que rodean, un poco más lejos, un rebaño de ovejas.

La última de las ovejas cojea. Lleva su pata delantera derecha doblada.

A un lado del camino la tierra es gris. Al otro, donde es roja, un tractor la va removiendo. La tierra se abre, renovada. Cada surco parece una línea en un párrafo. 

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