martes, 13 de agosto de 2013

Demasiado teatro en el área pequeña




Demasiado teatro en el área pequeña : Cambiamos el Fringe por el Rototom. Los edificios de piedra por unas construcciones que se debieron planificar y construir con los ojos cerrados. El sándwich del Greggs por la hamburguesa del Pinguins. El chubasquero por la toalla. El bullicio de las compañías de teatro por las fiestas infantiles en la sala de la comunidad de al lado. Las libras por los euros. La distancia por los titulares deportivos. La cámara de fotos por la pala de plástico. El césped del parque por el de la piscina. La mirada tensa del vigilante del pub por la relajada de la socorrista. El olor a gel de hotel por el de la crema para después del sol; el de cerveza por el de mar. El paso rápido hacia los venues por el paseo tranquilo hacia las olas. La exigencia de cada día por la entrega al despertarse. El silencio por los programas infantiles. El frío del atardecer por el bochorno que no calma el paseo. La Castle St por la Avenida Ferrandis Salvador.

Pero cuesta verse aquí cuando no nos hemos ido del todo de allí. En el partido de futbolín que jugamos después de cenar, Lucía mantiene al portero al revés durante todo el tiempo. Así estamos todos: deberíamos tener ya los pies en el suelo, pero el cuerpo nos sigue pidiendo teatro. No dejan de entrar goles, claro, pero no podemos parar de reír.

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