sábado, 15 de octubre de 2011

La azalea


A las diez de la mañana, la gitana del puesto de flores todavía no ha llegado. Al lado está el quiosco al que nos acercamos para que mi madre les compre a los enanos un sobre. Hay muchos donde elegir : Inazuma Eleven, Los pingüinos de Madagascar, Anipals, Ani-mates, Invizimals, Wild Animals, Marvel, Bob Esponja, Dolce, y Gomu.

Justo encima de los sobres están las revistas y los vídeos pornográficos. En este barrio somos así. Excess (Hardcore), Contactos íntimos, Penthouse, Eros y KIss, entre otras. Y los vídeos : Macizas rumbas sexuales, Cuero y piel, Formas de prostitución (3) y Habla con ella, entre otros.

Ahí está, dispuesta, una buena colección de pechos en todo su esplendor, ordenados como si estuviéramos en el mostrador de una frutería. Ese tipo de fruta que en el Carrefour tienen aparte, cara, brillante y fresca y que sirven unas mujeres sonrientes con guantes blancos, como si la manzana que te entregan te hubiera sido adjudicada en una subasta.

Lucía y Daniel tardan en decidirse y me extraña que no digan nada sobre la muestra de pornografía. El mundo es un sitio raro y la infancia parece tener las amenazas esperando pegadas a esas murallas que el tiempo se encargará de derribar. Aunque es posible que las transiciones en las etapas de un niño sean menos graduales de lo que pensamos y más bruscas, más a la siberiana, en sintonía con lo que cuenta Nikolái Lilin en “Educación siberiana”

“El tirachinas debíamos llevarlo siempre con nosotros, como la navaja, hasta los trece o catorce años cuando los reemplazábamos por la pistola”

Así que si esta fuera una versión siberiana de un quiosco, encima de los sobres de figuras habría navajas y pistolas, como si fuera lo normal.

Lucía elige un sobre de figuras de goma y Daniel otro de animales.

En lo que nos hemos decidido, la vendedora de flores ha terminado de colocar su puesto. Mi madre se acerca a por una azalea. La gitana, sosteniéndola en las manos, le explica a mi madre cómo tiene que cuidarla. Agua y exterior, es el resumen que hago cuando mi madre me lo explica. Mucha agua.

La gitana le da un beso al billete de diez euros que mi madre le entrega.

-¡La primera venta del día! – dice.

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