jueves, 6 de octubre de 2011

La cigüeña y Steve Jobs

La primera opción que aparece en Google al teclear discurso es “Discurso Steve Jobs”. Se trata del discurso que Steve Jobs pronunció el 12 Junio de 2005 en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford.

Entre otras cosas, anima a la gente a que trabaje en aquello que ame.

Pienso en eso y en la mujer que limpia los despachos, en el que descarga el camión, en la que me cobra el sándwich, en la que atiende la recepción, en el que vigila a los que entran en el recinto, en el que todas las mañanas sube o baja la barrera del parking del corte inglés, en el que recoge los carritos que los clientes dejan después de usarlos, en el que, con una chaqueta roja, vigila una puerta del Corte Inglés, en el que limpia coches, en la que arregla el jardín, en el que habla por teléfono en un call center. Son personas a las que veo todos los días. No creo que ninguna trabaje en aquello que ame. Y, sin ellas, el mundo no funcionaría.

El mundo funciona porque hay gente que trabaja en aquello que ama y gente que no lo ha conseguido, sea por la razón que sea. El día en el que todos trabajemos en lo que nos gusta, este mundo será un infierno.

Hay que agradecer que haya gente como Steve Jobs, claro, pero también habría algo que decir de todos aquellos que en su vida llegarán a serlo.

Del discurso, que me gusta mucho, hay algo que destacaría por encima de la apelación a perseguir los sueños, y es el mensaje que, tal vez de forma no intencionada, transmite a todos aquellos que no lo logren : “No pueden conectar los puntos mirando hacia el futuro; solamente pueden conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tienen que confiar en que los puntos de alguna manera se conectarán en su futuro. Tienen que confiar en algo – su instinto, su destino, su vida, su karma, lo que sea”

Es una imagen que me gusta porque me recuerda a la famosa historia de la cigüeña de Isak Dinesen. Eso hace que el trabajo del que descarga, cobra, atiende, vigila, sube o baja, recoge, vigila, limpia, arregla y habla pueda tener un sentido para la vida de cada uno. Hasta el tuyo. Y el mío.

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