miércoles, 28 de noviembre de 2012

Escobas N´Mopas




Escobas N´Mopas : Empieza a caer la que puede ser la última lluvia de Noviembre, en plan canción de Guns N´Roses, así que la acepto sabiendo que, ya sé, ya sé, para fenómenos como éste se inventaron los paraguas. Como me vuelve a pillar desarmado me escondo en una zona protegida mientras espero a que terminen las clases de judo y de gimnasia rítmica.

Esperar, cuando se sabe que es solo una cuestión de dejar pasar el tiempo, es bueno.

Junto a la puerta por la que los mellizos suben cada mañana (Lucía suele ser la primera; Daniel el segundo) hay un carrito de la limpieza. Es la hora más apropiada para hacer la limpieza porque las clases no se han enfriado del todo y así la suciedad sale mejor : lo recomendaban las madres, que no dejaras que el tomate del plato se enfriara y se secara. Me las imagino de clase en clase, pasando los trapos por la mesas como si borraran de ellas el miedo, la inseguridad o los problemas que pueda tener un niño de ocho años.

Pienso en esas máquinas que este verano recorrían las playas a primera hora para dejarlas listas. Y en esas camareras que van colocando las mesas para el servicio de la cena. Y en esos platos con el tomate seco. Y en que a Axl se le fue la cabeza en algún momento.

Pienso también en que a Zidane le habría venido bien, además de las clases de gimnasia rítmica que le dieron (es algo obvio), un poco de judo para haber reaccionado frente a Materazzi de otra forma. Las puertas del polideportivo se abren y me quedo en medio, mirando de una puerta a otra, tratando de saber por cuál van a salir. 

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