jueves, 15 de noviembre de 2012

Un homenaje al Fairy




Un homenaje al Fairy : En el recipiente de metal, junto al fregadero, hay un Scotch-Brite marca Hacendado, unas Nanas marca Hacendado y una Vileda marca Hacendado con restos de Fairy marca Fairy. ¿Por qué soy fiel al Fairy, habiendo Fairy de otras marcas? Por el anuncio : use como lo use, siempre me viene la misma imagen a la cabeza.

Al lado del recipiente hay una botella vacía de vino. No siempre, como ahora, se trata de un Pruno, claro. Normalmente es un Ribera (o no) que suele rondar los seis o los siete euros (esto sí). Me gusta ver la botella vacía y recordar algo del sitio en el que la compramos. Esta, por ejemplo, la adquirimos en la propia bodega. Sólo vendían tres por persona. Ayer abrimos ésta con el cuidado con el que uno pide el primero de los tres deseos. Hicimos un hueco en medio de la rutina, como policías cercando una zona con cinta, y en medio plantamos la botella. Al lado, un plato con jamón serrano. Parecía un picnic en medio de la cena. Un brindis ligero y los mellizos con sus platos. Sólo nos faltaban las gafas de sol y el sonido de alguna gaviota al final del pasillo. Que si está bueno, que si el jamón ayuda, que si el tal Parker sabe. Al otro lado de la cinta, el reloj, los exámenes de los mellizos y creo que hasta nosotros mismos, en esa versión desgastada como Scotch-Brite apurado hasta el final, a la que no hicimos mucho caso.

En el anuncio de Fairy, se ve cómo una gota verde es capaz de hacer retroceder la grasa hasta los bordes del recipiente, dejando una superficie redonda y limpia en el centro. Ya está demostrado que algo parecido hace con el día la copa de vino en la cena si uno sabe cómo bebérsela.

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