viernes, 2 de noviembre de 2012

La casa del Gran Chejov




La casa del Gran Chejov : Salgo del teatro diciendo que voy a hacer un Chejov. Es muy fácil. Basta con reunir a un grupo amplio de personajes en una casa de campo, cerca de un bosque, un lago al que ir a pescar o una montaña : naturaleza, vamos, de la que se hable pero no se vea y que esté de fondo, sin molestar, convirtiéndose en simple campo conforme se acerca a la casa. Es recomendable que los personajes sean de distintas edades, profesiones, cultura, clase social, físico y hasta tono de voz. Una buena mezcla que tiene que convivir junta unos cuantos días por cualquier tontería : que si una obra de teatro, que si un cumpleaños. Cualquier cosa, ya digo. Una vez reunidos, es importante que todos se encaprichen de quien no deben y que se sientan muy lejos del que les haya tocado como pareja. Esto es el motor de todo. Ese amor (ese sexo) inalcanzable, ya se sabe, como símbolo (esto es Chejov) de lo que no se puede ser. Los sentimientos tienen que mostrarse bien visibles, quizás demasiado, no importa, y deben ocupar casi todo el espacio en los diálogos. No se sabe muy bien por qué, pero a todos esa manera de hablar les parece muy apropiada y quien más, quien menos, tiene algo que decir al respecto. Comparten la misma pájara. Volviendo a la casa, ésta debe ser grande, pero toda la acción debe representarse en el salón, con breves menciones a lo que pasa más allá de las ventanas y las puertas : habrá caballos, y un lago, y un escenario y  Mozart y mucho más, pero ya dentro de la cabeza del que lo observe. No es un musical, así que nadie va a levantar la mano si el escenario no cambia. Puedes decir, con un tono irónico, vaya derroche, pero es que esto es un Chejov.

Con estos elementos, si no tienes cuidado, es bastante probable que lo que te salga no sea “Los niños se han dormido”, sino “Gran Hermano”. Bien mirado, la diferencia es bastante poca y hay que trabajar con cuidado desde el principio. Para que lo que hagas no acabe en Tele 5, sino en el Matadero, en la sala 2, es importante añadir dos consejos más.

El primero, que todos los personajes tengan nombre ruso. Parece una tontería y lo es, pero funciona como si fuera un tema serio.

El segundo es crear monólogos de los que subrayarías todas las palabras. Esto es lo más complicado. Para esto ya no se puede hacer de Chejov. Hay que serlo. Parecía tan fácil.

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