miércoles, 6 de abril de 2011

Una cena con Hello Spiderman

“Pero en los días en que sentimos que nuestra vida, como si fuera una novela, ha adquirido por fin su forma definitiva, podemos percibir y seleccionar, como hago yo ahora, cuál ha sido nuestro momento más feliz. Explicar por qué escogemos ese momento concreto de entre todos los que hemos vivido requiere que narremos de nuevo nuestra historia como una novela, por supuesto. Pero también sabemos que en cuanto señalemos el momento más feliz hará mucho que este habrá quedado en el pasado, que no volverá nunca más y que, precisamente por eso, nos producirá dolor. Y lo único que puede hacemos soportable dicho dolor, es poseer algún objeto perteneciente a ese instante dorado. Los objetos que nos quedan de los momentos felices guardan con mucha más fidelidad que las personas que nos hicieron vivir esa dicha el placer de su recuerdo, sus colores, sus impresiones táctiles y visuales."

El museo de la inocencia – Orhan Pamuk – Página 98.

El vaso de plástico con el escudo del Madrid y el nombre de Daniel, casi ilegible después de tantos lavados, escrito a mano detrás, junto a un sol al que le caen cuatro gotas de sudor azul por la cara. El cuaderno de Lucía en el que escribe el abecedario mientras cena. El envase de zumo de fruta Mediterráno (Fruta más leche, 0% Materia grasa y Vitaminas A+C+E) que siempre acompaña las cenas. El bote de Ketchup (Tomate, azúcar, jarabe de glucosa, vinagre de vino, almidón de maíz, sal, conservadores E-202 y E-211 y especias) que Daniel echa a todas las comidas. El mantel con figuras de Barrio Sésamo (Elmo, Epi, Blas, Coco y el Monstruo de las galletas zampándose una de un tarro en el que se ven cuatro con pepitas de chocolate) con un corte en el lado izquierdo. El plato con la figura de Spiderman. El mantel rosa con una cara de Hello Kitty (Y la frase Hello Kitty escrita once veces y once corazones dibujados, sin contar los dos que la gata, famosa por no decir ni Miau, lleva en la cabeza). El vaso de plástico con el escudo del Madrid y el nombre de Lucía, casi ilegible después de tantos lavados, escrito a mano detrás, junto a un sol al que le caen cuatro gotas de sudor azul por la cara. El pequeño bolígrafo rosa de Lucía. El plato con la figura de Hello Kitty.

La cena.

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