Mientras me leía “El hombre del revés”, me preguntaba estas cosas .
-¿Ha escrito esto Fred Vargas?.
-¿Ha perdido ese toque especial para escribir diálogos?.
-¿Por qué tarda 202 páginas en arrancar la historia.
-¿Por qué no aparece toda la tropa de la comisaría?.
-¿Por qué son tan aburridos los asesinatos?.
-¿Por qué se describen tan mal los escenarios?.
-¿Por qué le falta el ritmo que tan bien controlaba en las anteriores novelas?.
-¿Por qué me aburren tanto Soliman, el Veloso y Lawrence?.
-¿Por qué se parecen tanto los pueblos.
-¿Por qué están tan mal dibujados los secundarios?.
Estas y más cosas me rondaban la cabeza. Diez preguntas que vuelvo a resumir en una para que queden los conceptos claros y no nos dispersemos :
-Fred, sí, el de aquí, el que tiene la mano levantada. Una pregunta. Fred, ¿cómo es posible que escribas esto en el 2011? ¿Se te ha olvidado escribir?.
Y la pregunta que realmente me atormenta y que no me atrevo a pronunciar :
-Fred, ¿te has cansado ya de Adamsberg?.
Eso era lo que más me dolía. La sensación de que el mundo de Adasmberg ya empezara a mostrar signos de decadencia, de agotamiento, de falta de frescura.
Así que terminé el libro bastante decaído, con ganas de tomarme un buen caldo de pollo que me levantara el ánimo. Puede caer la política y la economía, pero sin un Adamsberg fuerte, uno empieza a sentirse a la deriva.
Mal asunto.
Hasta que una visita casual a una página sobre Fred Vargas lo aclaró todo. Bendita seas, Wikipedia, bendito sea tu reino por siempre en Internet. Los de Siruela (muy mal, Siruela) dicen que esta edición es del 2011, sí, pero no mencionan que la novela es de 1999. ¡En 1999 Adamsberg estaba dando sus primeros pasos!.
No es que Fred Vargas se haya olvidado de escribir en esta novela, es que todavía estaba aprendiendo.
Por eso os voy a ahorrar los 18,95 euros. No os compréis este libro. Cualquier otro de Fred Vargas menos éste. Este, no. Este…este…joder, Fred…es que este es malo. Ya está dicho.
Y que Adamsberg me perdone.
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