Desde Octubre del año pasado, en El Cultural, el suplemento de El Mundo, Montero Glez conduce un concurso de microrrelatos. Cada semana se propone un tema con la condición de que las historias presentadas no sobrepasen los 140 caracteres y los lunes se publican las finalistas.
Mando las diez que escribo. A la final pasa la última.
1-Pasaba el día revisando tenedores en una fábrica. Al llegar a casa cenaba con palillos viendo documentales de lugares exóticos.
2-El cocinero enamorado perdía la cabeza. Enre fogones, iba doblando las púas : me quiere, no me quiere, me quiere...
3-La embajadora habló al final : tras remover el café, se metió la pequeña cuchara en la boca y de sus labios salió un tenedor.
4-Tras el divorcio, fui unos días a casa de mis padres. En el cajón de los cubiertos conservaban un tenedor de plástico de cuando era pequeño.
5-Tras el sermón sobre el maná, los fieles miraban al cielo con un tenedor en el bolsillo y una tensa fe que nacía del estómago vacío
5-Tras el sermón sobre el maná, los fieles miraban al cielo con un tenedor en el bolsillo y una tensa fe que nacía del estómago vacío
6-Refinado cirujano y gourmet, siempre encontraba un momento en la operación para sacar un pequeño tenedor y llevarse un trozo a la boca.
7-El crítico fue muy sutil. A cada lado del plato colocó un tenedor de perfil, como una fina interrogación metálica, y se marchó..
8-Eran buenos jugadores pero con pocas luces, así que en vez de montar el tridente les pedía que hicieran el tenedor.
9-Llevaba tanto tiempo con la bola en la boca y el trozo frío de carne en el tenedor, que el reloj de la cocina finalmente se paró.
10-Con esas pestañas como púas, era normal que su mirada se te hundiera en la carne.
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