jueves, 17 de marzo de 2011

Hacia cuartos (menos fríos)

Rememoro diez momentos importantes del partido de ayer, una vez que se ha enfriado el marcardor :

1-El metro.

Voy en metro porque es cómodo y es línea directa, la diez, la más apropiada cuando uno se dirige a la Décima (la mayúscula es mía porque no merece la pena desear algo que no empiece por mayúscula). La parada es Santiago Bernabéu, que sólo te da una orientación de lo que te espera arriba, porque a veces al salir te encuentras en la Liga y otras, como esta noche, estás en plena Copa de Europa. La rutina o la Historia. Supongo que son cosas de la relatividad.

2-Los sándwiches de Rodilla.

Llevarse sándwiches de Rodilla al fútbol es un poco, un poco, un poco gay (ya está dicho). Mi hermano me ofrece uno y no le digo que no porque el hambre no es gay. Con el hambre no se juega.

-¿Ése de que es?
-De roquefort
-Pues el otro.

A veces lo que no te gusta te ayuda a elegir. Anotadlo.

3-No es Guti.

Dan la alineación del Madrid y se me ocurre una idea que le haré llegar a Florentino si ganamos la Décima : que cada estación de metro tenga el nombre de un jugador que haya estado en la final. Es una gran idea.

-Yo me bajo en Ozil.
Y la estación llena de fotos de Ozil. El gran Ozil. Es una pena que el Atlético de Madrid no pueda hacer lo mismo.

Dan la alineación del Madrid, decía, y al ver la foto de Khedira tengo la impresión de estar viendo la de Guti. Me sigue pasando con Guti lo mismo que con las películas de James Bond : pongan a quien pongan, siempre veo a Sean Connery. Aquí, esté quien esté en el centro del campo, me imagino a Guti. Pero le dio por marcharse a hacer el turco, qué le vamos a hacer.

4-El vecino de delante y sus puros.

El vecino de delante se fuma unos puros densos, apretados, que apenas se consumen. Me imagino a alguna cubana colocando capa sobre capa, sudando, las gotas de sudor cayendo por su cuello, y de su cuello, oscuro, deslizarse hasta…

Llego a casa oliendo a humo, pero no me importa porque, al agitar los pantalones, se caen los tres goles de hoy, que rebotan en el suelo hasta quedarse quietos.

5-El abrigo de Mou.

Mou sale con su abrigo largo hasta el borde del área que tiene marcada en el suelo con una línea discontinua. Un espacio perfecto para dejar el coche. Si quisiera, Mou aparcaría ahí su coche y dirigiría el partido con la ventanilla bajada y el codo apoyado en el borde, con cierto aire de superioridad.

Los del Fondo Sur, animados por los goles, corean su nombre. Suena un poco ridículo. Permanezco callado y con miedo de que Mou, que todo lo controla, pueda darse cuenta de que no digo nada. A mi Mou no me gusta, a veces me da vergüenza escucharle en las ruedas de prensa.

Creo que es un topo del Barça, pero me gusta su abrigo.

6-El iPhone

Me llevo el iPhone para escuchar el partido, pero descubro que hay un lapso de treinta segundos entre lo que veo y lo que escucho. Apago la radio y me concentro en el partido, aunque también hay cierta diferencia entre lo que veo y lo que pienso. Pero con eso ya cuento.

7-Nunca es igual que la primera vez.

Lo sabe Marcelo, por eso se empeña en ser el primero en marcar esta noche. Para su gol, mezcla varios ingredientes de otros jugadores, por eso le sale algo tan completo y sabroso. Se puede decir que te va describiendo la receta para que la boca se te llene de saliva conforme avanza con el balón :

-Se recibe un balón de Xavi Alonso templado y en su punto, se coge a Chris y se le esquiva con la zurda. Con el balón ajustadito, se amaga a Réveillère y se pone a la defensa en estado de ebullición. Ese golpe de calor es necesario para que los ingredientes se vayan ablandando, como la confianza del portero, Lloris, que ve cómo el balón entra limpiamente en la portería, permitiendo así un gol crujiente por fuera y delicado por dentro.

Como tenemos mucha hambre de títulos, todos nos lanzamos a celebrar el tanto y a comernos el gol a bocados, sin paladearlo, masticando con la boca abierta. Sí, somos un poco cochinos. Vuelve a ser un tema de hambre : seríamos capaces de hacernos un bocadillo de caviar.

8-Un cartel de apoyo a Japón.

Al principio del encuentro guardamos un minuto de silencio como muestra de apoyo a Japón. Esto no va a acabar con la amenaza de los reactores de Fukushima, pero supongo que si fuera japonés me gustaría ver que en el otro lado del mundo la gente sabe dónde se está jugando un partido de verdad.

Alguno hay que aprovecha para gritar, pero supongo que en los rebaños siempre hay una oveja que bala.

9-Ya no hay botas de vino

Hace frío en el campo. Supongo que el viento es el fantasma del pasado, recordándonos las veces que nos hemos quedado en octavos. Hace años te habrías echado unos tragos para calentarte por dentro, pero ya no hay botas de vino. En su lugar, tenemos unos radiadores colgados que encienden cuando va a terminar el partido.

Una medida inútil porque con tres goles en el cuerpo, a pesar del viento que corre por el estadio, nadie tiene frío. El frío, que salió del vestuario del Madrid, se mete ahora en el del Lyon.

10-Los titulares

Doy por terminado el partido cuando, a la mañana siguiente, leo los titulares de la prensa deportiva en los periódicos del quiosco. Es como ver el sello del notario en un documento : ya es oficial.

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