God save the king

Tomamos un café en un local argentino. Leo la lista de dulces que está escrita en una pizarra para ver si lo de argentino es un mero reclamo exótico en este barrio en el que si uno sale a pasear sólo puede entretenerse comparando la publicidad de las distintas sucursales bancarias.

Facturas simples :

-Vigilante

-Churrinche

-Media luna de manteca

-Media luna de grasa

-Paletone

Facturas rellenas :

-Bola de fraile

-Media luna

-Vigilante con membrillo

-Cañoncito

-Librito

No reconozco casi ninguno, por lo que empiezo a creerme lo de cafetería argentina. Necesito alguna señal más y, como dicen que si pides se te dará, me llegan dos. En la zona de las bebidas veo una hilera de Quilmes. Y, junto a la caja, tienen una postal de Maradona con el lema "God save the king" rodeada de productos argentinos colocados de forma que parecen una ofrenda a Diego.

Recuerdo una historia que me contó un profesor italiano de la escuela de música en la que en este momento están los enanos. Le pusieron Diego, por Maradona, así que supongo que sabe de lo que habla :

-Ahí en Nápoles hay pequeñas vitrinas, igual que las dedicadas a la Virgen, con supuestos pelos de Maradona. A ambos se los venera de la misma forma.

Que pidan dos euros por la postal demuestran el valor que le dan a Maradona. Los pago como si así me llevara algo más que una imagen. En mi altar particular, sin embargo, siempre estará Zidane. El gran Zidane.