jueves, 20 de enero de 2011

"Mansos", de Roberto Enríquez

Termino de releer “Mansos”, de Roberto Enríquez, y la impresión general es buena, aunque a los libros leídos, como al vino, hay que concederles un tiempo para que se aireen y dejen salir todos los matices. En este sentido, sería bueno que los críticos hicieran un análisis después de ver una obra y otro un año después. Hasta dejo hasta el título de la posible sección para el que se anime : “Una año después”. Básico, pero todo el mundo lo entiende, incluyendo al lector de prensa deportiva.

Vamos a centrarnos. El libro se titula “Mansos” y no engaña : habla de la mansedumbre sirviéndose de un escenario específico (una sauna gay) y un momento determinado (las horas de la madrugada del siete de octubre, justo el día en el que el protagonista cumple treinta y cinco años). La elección del lugar es perfecta para proponer imágenes explícitas de la mansedumbre. Que cada uno rebusque en su imaginación.

Con esas coordenadas básicas, va creciendo una historia de pocos personajes, algunos recuerdos y bastantes reflexiones, que es lo que uno hace cuando espera, en una sauna, a las seis de la mañana. Una espera que le debe llevar, después de treinta y cinco años de mansedumbre, a un momento en el que tenga que dejar de serlo.

¿Por qué tiene que dejar de serlo? Pues se cuenta en el libro. Lo compráis, lo pedís prestado o lo sacáis de la biblioteca.

¿Por qué somos mansos? Bueno, así me gusta, que no os quejéis porque no añada más y vayáis al tema. Pues eso tampoco lo puedo desvelar, lo que hace que esta crítica se me venga abajo por momentos. Y sí, esto parece una rueda de prensa en la que no se admiten preguntas, pero para responder tendría que escribir una novela que se llamara, mira por dónde, “Mansos”

¿Y esto es todo? Pues no. Con la intención de que seáis como gallinas que, picoteando, lleguéis hasta el libro, os pongo una selección de frases en las que yo y mi lapicero hemos coincidido. Aquí van :

“Follar con un desconocido no profesional en una sauna es como sacar un libro de una biblioteca: nos permite probar cosas nuevas sin miedo a equivocarnos”

“Yo me levanto y obedezco, yo obedezco a preguntas en lugar de responder”

“Ser un buen cliente y tener la razón; ojalá pagar me liberara de todo esto, pero no. Ojalá bastara con pagar para no desear ser bueno. Bueno en lo que sea (Inseguro)"

“Y oral es lo real y mental lo irreal. Al menos más real decir que pensar”

“La única literatura que nos queda en la cabeza y a la que recurrir a solas y en apuros son las letras de canciones”

“Treinta y cinco años y treinta y cinco minutos he tardado en pasar de un paritorio a las taquillas de una sauna gay. Lo que se dice un carrerón”

“Así he tratado mi vida, así me he inventado a los demás a partir de mis mentiras. Así he ido amando y desarmando sobre ficciones únicamente mías que acababan generando en el otro un sentimiento real, coincidente con mi miedo”

“Y callarse es mentir, qué coño otorgar. Quien calla, miente porque no hay nada de cierto en el silencio, porque no hay silencio adentro, nunca hay silencio adentro”

“Ya he renunciado al ritual apareatorio como prueba, me niego a perder el tiempo, la moral y la autoestima: ahora ya solo follo por dinero. Con dinero”

“El elemento androide en la prostitución contemporánea nos ha llevado a creer que no estamos pagando por carne humana, sino aceptando una promoción comercial, un producto de consumo creado artificialmente para nuestro uso y disfrute”

Como veis, muchas palabras que no aparecerán en el canal Clan. Y el campo seméntico, digo semántico, se abre aún más. Así que los habrá que puedan sentirse incómodos, pero todo, repito, como ocurre con los anuncios de bolígrafos solidarios en Navidad, es por un buen fin : servir al tema.

Dentro de un tiempo, cuando todo el mundo la haya leído y quizás como la primera entrada de la sección “Un año después”, podremos hablar del final, del miedo, de la mentira, del cuerpo y hasta del uso que hacemos de las marcas. Incluso, poniéndonos finos, discutiremos sobre los diferentes tipos de narradores que aparecen, una de las cosas que no me han convencido del libro. Hasta entonces, haced los deberes.

Y no os vayáis olvidando el bolso por ahí.

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