Encima de la mesa me espera el periódico del domingo con uno de esos titulares que te animan a lanzarte a leer la noticia : “Fondos de otros países buscan comprar cajas a precios de saldo”. Ayer decía : “Las cajas se rebelan contra el plan del Gobierno de acelerar su reforma”. Jo. Con lo bien que lo han hecho solas.
Como el tema me aburre, me asquea y me pone de mal humor (es difícil mantener la sonrisa cuando es evidente que hay reglas distintas), cojo un libro infantil sobre pájaros.
Y aprendo que el mochuelo ulula, la golondrina trisa, el ánsar grazna, el pinzón gorjea, la cigüeña crotorea, el ánade parpa, el cisne común vozna, el martín pescador silba, el águila real trompetea y la perdiz roja cuchichia.
Los pájaros, en fin, no se limitan a piar, como pensaba. Es evidente que hay lecturas que alimentan más que otras y te ayudan a volver a la realidad con cierto enfoque naturalista : estos de las Cajas, que muestran ahora ese orgullo después de haber recibido tanto dinero (el Estado ha inyectado ya más de 11.000 millones y podría llegarse hasta los 99.000 millones vía FROB), ¿de qué se alimentan? ¿dónde habitan?, ¿qué tipo de plumaje tienen?, y, sobre todo, ¿voznan, parpa, silban, trisan ululan, gorjean, crotorean, silban cuchichina o trompetean? Porque piar, parece que pían sólo para pedir dinero.
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