Es probable que, cuando estés tratando de calcular cuánto tiene que pagar cada uno en una cena de amigos, te suelten :
-Eso lo hace un niño de seis años.
Y decidas dejar de usar la cabeza y eches mano del móvil para evitar que el ego se deshaga como el helado del postre.
Con el fin de descubrir cuál es, realmente, nuestro nivel de matemáticas frente al de un niño de seis años, aquí presento algunas de las sumas que he revisado esta mañana. Si se consiguen resolver sin mayores problemas, podremos saber en qué nivel los cimientos de nuestro ego se mantienen sólidos.
Para que el esfuerzo no sea excesivo, que ya sabemos que todos andamos sin tiempo, propongo hacer dos sumas por día. Dejo los resultados para que podáis corregiros vosotros mismos, así que sed honestos. Y no vayáis a por el móvil.
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